Los debates
políticos en televisión y la manera en que se organizan fue el tema fundamental
que protagonizó otra de las conferencias del Ciclo “Periodistas y Periodismo,
que organiza IPECC, FAPE y la Agencia EFE
En esta ocasión, el coloquio se ha centrado en “Los debates
políticos en televisión ¿Cómo se monta un debate?”, donde se ha contado con la
inestimable presencia de Manuel Campo Vidal, periodista y presidente de la
Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión de España; Tacho de la Calle, reportero gráfico, realizador y
productor ejecutivo de importantes programas televisivos y fundador y miembro de
la junta directiva de la Academia de Televisión; y como moderadora, Marisa Ciriza,
vicepresidenta de la APM y miembro del Consejo de Administración de RTVE.
Exigentes negociaciones
La moderadora comenzó la tertulia dando algunas cifras y comentando la escasa tradición de los cara a cara entre los políticos, hecho que no sólo ocurre en nuestro país.
El primer encuentro se produjo en 1993 entre Felipe González y José María Aznar, obteniendo una audiencia de televisión del 60%. Después vendría un segundo debate, quince años más tarde, en 2008, y otro en 2011.
Sin embargo, Ciriza se quejó de que ninguno de estos tres encuentros
haya tenido lugar en TVE, sino en televisiones privadas y el último en la
Academia de la Televisión. “En el Reino Unido sí que se realizan en la
televisión pública y es importante saber porqué aquí, en nuestro país, no es
así”, comentó.
Además, aludió a las exigentes negociaciones de los partidos
políticos que, a su juicio, “afectan mucho al equipo que hace el debate. Hay
una falta de espontaneidad; está todo más controlado por los jefes de campaña.
Parece que cuenta más la telegenia que los datos importante que se van a decir.
Se impone más como un espectáculo”, afirmó la vicepresidenta de la APM.
Negociación y miedo
Por su parte, el maestro de todos, Campo Vidal, que ha sido
moderador de estos tres debates políticos televisados y conoce como nadie los
entresijos de esas operaciones, se dirigió a los asistentes para aseverar, sin
dudas que, “negociar un debate es una cosa muy complicada. El del año 1993
sucedió, no porque antes no lo buscásemos, sino porque con anterioridad no se
daban las
condiciones más adecuadas para ello. En este momento, González lo necesitaba. Después, se cortaron y hubo un parón demasiado largo porque había miedo (como ocurrió en Estados Unidos). Todos comenzaron a darse cuenta de que el debate en televisión tenía una influencia que no se controlaba".
También quiso incidir en que la principal situación que debe darse
es que un candidato acepte y, en ocasiones, éste consiente o no según le
convenga en cada momento.
Sin embargo, lo más importante es la existencia de una cadena de
confianzas para que existan estos debates políticos: “primero la seguridad del
candidato consigo mismo; la del equipo hacia el candidato; con la organización,
es decir, con la entidad que organiza el debate porque le pueden gastar una
mala pasada; confianza en el moderador del debate (porque una frase, tos
inoportuna, sonrisa inconveniente, etc., es un editorial al día siguiente y
algo que ve mucha gente); y, por supuesto, en el realizador (porque un plano a
destiempo puede hacer mucho daño, e incluso un plano de escucha, que puede afectar
negativamente a una imagen)”.
Trabajo objetivo
De la Calle, además ofreció su punto de vista desde la experiencia
en la realización y producción de dichos debates, en los que participó junto a
otros profesionales como Pepe Carvajo y Fernando Navarrete. “Lo primero que nos
planteamos fue el problema del tiempo, ya que se nos encargó con muy pocos días,
pero al menos, trabajamos con los mejores y eso fue una gran ventaja”. El
realizador comentó que su misión central fue que “nuestro trabajo fuese
objetivo en cuanto a imagen y tiempos de intervención. Es muy importante los
planos de escucha y aquí la acción sí alteraba el producto. Por ello, hubo que
equilibrar mucho los planos y dar simetría a las cámaras para no hubiese
diferentes alturas (hice medidas incluso con láser)”.
Para De la Calle, el encargo de un debate televisivo, más que un
trabajo, significó “un regalo profesional y, sobre todo, por que tuviese la
repercusión que tuvo. Fue posible, además, gracias a la colaboración de todos
los que participamos en ese evento. Guardo un gran recuerdo por el esfuerzo que
supuso y la satisfacción es que nos volvieron a encargar otro debate”.
Modelo beneficioso
Por otra parte, y para responder a la moderadora, Campo Vidal,
consideró que Televisión Española no retransmite debates políticos porque sería
complicado, ya que la tele pública entra en campaña. Por ello, se han realizado
en las privadas y luego en la Academia de Televisión, que es una entidad sin
ánimo de lucro, como se vienen haciendo en otros países.
En cuanto al modelo de debate político que existe en nuestro país,
el presidente de la Academia lo defiende y considera que es muy beneficioso, ya
que son cara a cara y cada candidato dice lo que quiere. “Pienso que es el
debate más libre. En EE.UU. hay tres modelos de debates. Uno en el que
participa el público (ya lo tenemos en el formato de “Hay una pregunta para
usted”) pero incluso es más difícil responder a esas cuestiones; otro en el que
pregunta sólo el periodista (aquí encantados, pero el problema es que los
políticos incluso ya no responden en las ruedas de prensa a preguntas. También
está el problema del atrincheramiento que hay en nuestro país); y otro modelo
en el que pregunta sólo el moderador, pero aquí lo importante es que éste tenga
poca relevancia porque lo fundamental es lo que los políticos tengan que decir.
En España se monta todo en función de que uno esté frente al otro, pero en EE.UU. no es así, sino que se triangula en torno al moderador. En España es uno
contra otro y si no dicen más es porque no lo creen conveniente. Por ello,
defendemos este modelo y es un reto que sea así para la Academia de Televisión.
Soy partidario de los debates y no hacerlos o que no lo acepten sería peor”.
Evolución
Aunque parece muy complicado organizar un evento de tal magnitud,
De la Calle, aclaró que “la ventaja de montar todo esto es que hemos realizado
los eventos más importantes que se han hecho en España (galas, Juegos Olímpicos…).
Y lo bueno de que se hagan muchos debates es que los productores de estos
debates aprendemos a evolucionar, tanto a nivel de contenido como de continente”.
En este sentido, afirmó que los futuros debates pasarán por las
redes sociales, que también serán protagonistas, “por lo que estamos trabajando en la evolución de esos futuros debates”.
El ciclo “Periodistas y Periodismo” continuará el próximo 18 de
junio con un nuevo debate sobre “Periodistas de guerra” en el Auditorio del Matadero de Madrid.